miércoles, 22 de mayo de 2013

SanShou (Boxeo Tai Chi)


Cuando nos hablan de Tai Chi Chuan lo primero que nos viene a la mente es la ejecución de formas lentas y suaves, en solitario o en grupo y de cierta forma es cierto. El Tai Chi ofrece diferentes tipos de ejercicios con compañero, el más conocido es el Tui Shou (empuje de manos). El empuje de manos permite trabajar una gran variedad de movimientos de la forma de Tai Chi, como por ejemplo las fuerzas básicas: empujar, tirar, presionar, parar, etc. También en el Ta Lü (o Ta Lu) y el San Shou se pueden practicar esos principios, siguiendo siempre unas reglas que sirven para aprender a diferenciar los diferentes tipos de energías básicas del Tai Chi.

Pero en Tai Chi también existe el combate libre el cual es uno de los aspectos menos conocidos y más controvertidos de este arte. Obviamente en muchos aficionados produce un claro rechazo, y algunas escuelas niegan tajantemente que con unos guantes de boxeo se pueda "hacer Tai Chi".  Así por ejemplo, se empieza empujando al compañero suave y lentamente al tiempo que él trata de esquivar el empuje con un pequeño movimiento que surge del centro del cuerpo, hacia un lado, arriba o abajo, dependiendo de la dirección del empuje. Este simple ejercicio se va complicando después con más combinaciones, lo cual exige cada vez más del estudiante de Tai Chi.

Las técnicas de puño que incluye la forma de Tai Chi no se practican en el empuje de manos ni en el Ta Lü, pero sí en la forma de San Shou para dos personas, aunque al tratarse de una forma preestablecida sólo se trabajan de forma simulada. Sin embargo en el San Shou libre, también llamado boxeo de Tai Chi, se busca ejercitar, entre otras muchas cosas, el puñetazo en sus diferentes movimientos y posibilidades.

Sin duda uno de los aspectos más interesantes e importantes de los ejercicios con compañero es la posibilidad de practicar y "sentir" el yin y el yang, es decir, la relación entre dos personas, el juego con la energía. En la forma o secuencia de Tai Chi se aprende este trabajo en solitario, mientras que en los ejercicios con pareja tratamos de intercambiar lo aprendido en la forma y de aplicarlo interactuando con otra persona.




El nombre de SanShou en su modalidad libre (boxeo) (Boxeo Tai Chi) proviene de la manera en que se emplean las técnicas o movimientos del Tai Chi Chuan. Después de aprender la forma, normalmente se aprenden los ejercicios con compañero, el empuje de manos, el Ta Lü y el boxeo (San Shou). En cada uno de estos tres tipos de trabajo hay formas o ejercicios fijos y también práctica libre, para lo que cada escuela de Tai Chi ha desarrollado sus propios métodos. Quizás el nombre de boxeo sea a veces mal entendido porque instintivamente lo relacionamos con el boxeo occidental. Todos tenemos al fin y al cabo dos piernas y dos brazos, y por ello es inevitable que exista cierta similitud entre el boxeo de Tai Chi y el boxeo occidental. Sin embargo, la diferencia más importante está en el aspecto mental y moral, es decir, el espíritu con el que se practica. El Tai Chi posee un principio universal que se puede aplicar a todas las artes marciales, pero también a tareas cotidianas como servir un té o un café, abrir o cerrar una puerta, levantar una caja o empujar un armario.

La peculiaridad del Tai Chi frente a diferentes técnicas de relajación es que profundiza en la relajación en movimiento. Por ejemplo, ¿necesito tensar todos los músculos del brazo para levantar la mano, o puedo mantener algunos relajados y así ahorrar energía?

Como es natural, cuando estamos tumbados nos resulta más fácil relajarnos que cuando estamos de pie realizando un trabajo físico. Cuanto más rápido sea ese trabajo o actividad o cuanto más esfuerzo físico requiera, más difícil nos resultará utilizar de manera óptima la mecánica del cuerpo y ahorrar energía en nuestros movimientos. En la vida cotidiana solemos movernos más rápido que al ejecutar una secuencia de Tai Chi, pero la práctica a cámara lenta nos permite aprender a ser conscientes de lo que estamos haciendo, y esa es precisamente una de las metas del arte del Tai Chi: mantener ese estado de consciencia tanto al practicar un ejercicio como si estamos sentados haciendo algo, esperando el autobús o comprando en una tienda.

Casi siempre que una persona se lastima un músculo o una articulación o se lesiona de algún modo, es por haber realizado un movimiento demasiado rápido o brusco. Con la práctica del boxeo del Tai Chi aprendemos a movernos con rapidez, lo que nos da una visión mucho más concreta de cómo se ha de actuar en situaciones que requieren aún más concentración y en las que el tiempo de reacción es menor. También es un ejercicio de fortalecimiento de la forma física con el que se puede activar la circulación de la sangre hasta sudar, si se desea, algo que le faltaría a la práctica de formas de Tai Chi para ser un ejercicio completo. Hay personas que no practican Tai Chi precisamente porque piensan que es demasiado pasivo y lento. El boxeo complementa esta carencia, pues partiendo de la base de la relajación nos proporciona la posibilidad de entrenar también los reflejos y la condición general del cuerpo.





El objetivo principal de la práctica del boxeo es conseguir una coordinación óptima entre los pies, las piernas, las caderas, los brazos y las manos Con el boxeo se pretende también aclarar la función de muchos movimientos que existen en la forma para comprender mejor lo que se está haciendo. La forma se practica a ritmo lento, pero para entender algunos movimientos es aconsejable practicarlos con otra dinámica más fluida y más rápida. Por el contrario el boxeo es un ejercicio muy dinámico, pero para entender lo que uno está haciendo con frecuencia es necesario parar y repetirlo a cámara lenta, como en la forma de Tai Chi. De esta manera ambos trabajos se complementan.
Como en la vida misma, cuando se boxea llega un determinado punto en el que nos sumergimos en el caos. Ya no se sabe quien ataca y quien defiende. El Tai Chi y el boxeo de Tai Chi nos enseñan a vivir y sobrevivir en el caos de la vida, donde nada puede programarse con toda seguridad y siempre puede haber un imprevisto. Por eso lo mejor es estar siempre alerta para adaptarse a los cambios y elegir de entre las posibilidades que se nos ofrezcan la más oportuna, siendo tan pronto yin como cambiando súbitamente a yang, sabiendo relajar en ciertas circunstancias y tensando en otras. Para mí este es un punto muy importante en la práctica del Tai Chi en general. El Tai Chi es conocido por el público como un ejercicio relajante, muy suave y tenue, liviano, es decir, muy yin. Pero en realidad es mucho más que eso, es armonizar el yin y el yang aceptándolos a ambos.

A veces algunos practicantes de Tai Chi tienden a querer ser más yin, discriminando el yang. Esto se puede entender ya que vivimos en una sociedad que tiene un exceso de yang, pero no por eso vamos a caer en el extremo contrario y ser siempre artificialmente suaves. Por ejemplo, un músculo necesita tanto tensar como relajar para alimentar sus tejidos. Si siempre estuviera tenso, acabaría por agotar sus reservas y quedar tenso de forma crónica, lo que produce dolor. Si por el contrario siempre estuviera relajado, se debilitaría y llegaría un momento que las articulaciones más próximas se lastimarían a la menor ocasión porque deberían cargar con todo el peso. Tanto yin como yang tienen su razón de existir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario