martes, 28 de mayo de 2013

Punto para aumentar el Qi - 20 VG (Cien reuniones - Bahui)

Podemos ligarlo a nuestra posición de la cabeza desde el punto de vista físico y también durante la práctica de las artes marciales, artes de salud y otras numerosas disciplinas procedentes de la cultura asiática. Este punto manifiesta nuestra energía en lo más simple de nuestra vida cotidiana y también se percibe indirectamente en las artes corporales y otras técnicas occidentales. Normalmente, en Japón se mide el vigor de un hombre por la manera en que endereza la cabeza, al igual que sucede en las artes marciales japonesas.



Bahui es el punto N.º 20 del meridiano extraordinario Vaso Gobernador o Du Mai, canal yang cuyo trayecto discurre por la línea media de la cara posterior de nuestro tronco, a lo largo de la columna vertebral. Este punto es el más elevado de nuestro cuerpo, se sitúa en la cima de la cabeza, en el extremo posterior de la abertura craneal de nutrición o fontanela. Podemos considerar que, a través de esta zona, podemos contactar con el Cielo física y espiritualmente. Este punto se halla conectado de múltiples maneras con la parte yang de la pareja indisociable yin/yang que constituye nuestro ser. Esto justifica su nombre chino, que podemos traducir literalmente por «100 reuniones».
Existe una tradición internacional que consiste en calibrar la vitalidad de un neonato según sea la forma en la que sostiene su cabeza. Si no puede enderezarla se le pronostica un estado enfermizo, una anormalidad en la salud, una enfermedad genética. Asimismo, en todos los ejércitos del mundo se exige a los soldados que practiquen el posicionamiento de la cabeza y el cuerpo, este porte simboliza claramente fuerza, vigor y rectitud social (no imaginamos a los piratas haciendo lo mismo).
El punto baihui sirve también en África como soporte para quienes, desde su más tierna infancia, transportan sobre su cabeza tinajas llenas de agua u otros objetos. Esto construye bellas personas en las que se reconoce espontáneamente la plenitud del porte. Ocurre lo mismo en la danza clásica. Una parte de la belleza de los bailarines clásicos europeos reside en la presencia que transmite la posición perfectamente erguida de la cabeza, que proporciona una sensación de grandeza y ligereza al mismo tiempo.
Desde el punto de vista espiritual, las cualidades que se atribuyen al baihui varían según las tradiciones y religiones. César dijo de los guerreros galos que lo único que parecía asustarles era que el cielo cayese sobre sus cabezas. De lo cual podemos deducir que sólo temían que un desacuerdo con los dioses de su panteón espiritual pudiese atraer las iras vengativas del cielo. En la yurta, tienda de campaña utilizada por los nómadas de Mongolia, la abertura superior que permite la salida del humo está hecha, tradicionalmente, a imagen de la fontanela, y es la puerta de la armonía entre la familia nómada y el Cielo.
Para los chamanes chinos una parte de las cartas de nuestro destino (con las que jugamos aunque el destino no esté escrito) habita en una residencia celeste, un cielo más allá del cielo, con el que permanecemos en comunicación después en la tierra. Ciertas prácticas de qigong recomiendan una concentración sobre este punto con la intención de abrirlo al cielo, realizando una relajación que permita dejar actuar a la energía yang cósmica que nos atraviesa desde arriba hasta abajo.




En la práctica del Taijiquan ciertos profesores como Yang Cheng Fu recomiendan al practicante mantenerse como suspendido del cielo por un hilo desde el punto baihui. Otros profesores más modernos, como Zheng Manqing, sin duda porque el entrenamiento se desarrolla más a menudo en locales cerrados que al aire libre, aconsejan buscar la sensación de presionar el techo con este punto. En todos los casos esto mejora el porte y hace trabajar las diferentes conexiones del cuerpo y la columna vertebral con la cima de la cabeza.
En los distintos métodos de masaje asiático del cráneo, se dedica generalmente a baihui más atención que a cualquier otro punto. La relación entre el masaje y la acupuntura es, por supuesto, evidente en Asia. Las agujas y las moxas (puros de artemisa que se utilizan para calentar los puntos) se usan también para estimular el baihui. La etnomedicina china incluye además una consciencia espiritual. Según su tendencia las diferentes escuelas permiten pinchar más, menos, o nada en absoluto, este punto. En efecto, una intrusión capaz de modificar el destino de un paciente no resulta nada deseable para algunas personas, por ejemplo, en la medicina tibetana. Otros tocan este punto sólo en ocasiones excepcionales y utilizando, exclusivamente, agujas de oro. En la osteopatía occidental no se centran tanto en elbaihui como punto, puesto que en esta disciplina el cráneo se conecta con la totalidad de la persona, concordando así con el nombre elegido por los antiguos chinos: «100 reuniones».
Las personas deprimidas raramente poseen un porte bonito de la cabeza. En la vida cotidiana, una postura natural con este punto extendido sin esfuerzo hacia el cielo revela armonía.

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