miércoles, 31 de julio de 2019

Aikido y ¿bondad?



Aikidokas y Budokas en general estudiamos una disciplina que involucra el cuerpo y la mente y cuya eficiencia solo se puede lograr mediante la estrecha asociación de las dos...  


Muchos que se inician en este camino lo hacen por motivaciones “marciales”, convencidos de que la enseñanza de las artes marciales corresponde a una cierta "realidad" y, por lo tanto, debe respetar un cierto realismo. En esta visión existe una idealización, por no hablar de desinformación o incluso de mistificación de la cual todos somos víctimas.

 Esta brecha alimenta actitudes de oposición y resistencia en el entrenamiento que pueden conducir a una profunda desilusión cuando comprendemos que respetamos un código tácito en la práctica del Aikido.

Este código es un contrato entre Tori y Uke.




El ataque de Uke se define de antemano, así como la respuesta técnica de Tori, que a su vez condiciona el comportamiento de Uke que es quien se somete a la técnica. Este contrato moral permite a Uke y Tori trabajar juntos de manera segura. La forma predeterminada en que Uke debe reaccionar a la técnica de Tori es permitirle recibirla protegiendo su integridad física, lo cual se equipara muchas veces con la bondad y complacencia... llegando a la conclusión de que "El Aikido no funciona”.


Este concepto de código frustra a muchos practicantes interesados ​​en el realismo marcial, incluso a los que llevan años entrenando enfocados e ilusionados con la eficiencia, para darse cuenta finalmente de que la práctica se basa en un código que no existe fuera del tatami.

Esto no quiere decir que el Aikido no funcione, solo significa que la aplicación de la técnica va a diferir de la misma, vista desde un punto educativo y que Aikido, al igual que todas las disciplinas marciales se manejan bajo códigos…